martes, 14 de abril de 2009

William Gonzales Pérez


   En La Penumbra de lo Incierto
 





VIAJE EN  LA NOCHE OLVIDADA

 

I

Polarizada mente

ojos claros al sol de la llegada

colibrí dejada a la sombra del hombre

encuadrados pensamiento de no hablar

 

II

 

La calle sección del placer

noctámbulo de sueños

como chacal de la noche

articulación de postes perfumados

de malos olores

 

III

 

Abandonar ya la hora puesta

en el corredor del desorden acrobático

de sofocación de la noche

y el aspirar de barrancos como olvidados

refugios de corazones antiguos de dulzura.

 

 

NAUFRAGIO CRUEL DE SOMBRAS IMPERFECTAS

 

La distancia el abismo de tu nombre muerte

alcanzó solo a distinguir la ausencia de tu palpitar

mundo ancho de deseos ajenos.

 

La ironía del aire que recorre nuestro ande

seleccionando o no aventuras en forma de corazones

la hora, una isla de tormentos

ofrenda en este conocido día.

 

Un naufragio cruel de sombras imperfectas

obstáculo vientre-amor-dolor-esperanza

 

Primavera te proyectas dulce conciencia

que te transportas a la interioridad

del crepúsculo sereno.

 

No abatido pero llegaron a desear romper

la valla de recuerdos en esta noche de ilusiones.

 

 

LOCURA DE PASO

 

 

Corre el umbral

no cantos, no voces

el fiero rojo

de tus labios carcomidos

envueltos en desventuras locas, locos

nalga brilla buena moza

fisonomía actual de consultorio

bajo el año del buey

los ángeles acomodan estrellas

en el sueño más tétrico

con locura de paso

dados sigue jugando al premio

         se vende

                        materia

tallado en tronco seco de tu alma.

 

William Gonzales Pérez. (Lima, 25 noviembre) Cursó estudios de Educación en

 la Universidad Nacional Federico Villarreal. Participó en talleres de creación en

el Centro Cultural Federico Villarreal y en la UNMSM. Dirige la revista de poesía “Letra Suelta”(Desde octubre del 2004). Tiene publicado el libro “Jamás tanto cariño doloroso”. Ha participado en diferentes encuentros de literatura. Sus trabajos han sido publicados en plaquetas y revistas de literatura; como:"La City" (N°22,Lima-julio 2008),En el Libro de Creación Literaria "Se Prohíbe estar triste"(De: Alejandro Medina, arteidea editores, junio 2008).En la revista "La Tortuga Ecuestre"(N°290, junio 2008). Antologado en el libro “Nostalgia a orillas del Rímac” (Chosica, 2006). http://willygonzales.blogspot.com/ Además dirige la bitácora http://letrasueltacultural.blogspot.com/

   Contacto:  Willy_1125g@hotmail.com

Jimmy Marroquìn


Apostillas del ser y del reflejo

I
"Soy uno más, desde luego. O uno menos.
Sustracción que integra, adición
Que menoscaba"; reza, sangrante,
En el espejo, esta sentencia,
A modo de perenne sutura.

¿Ser

Importa?
Larga alborada, copioso desborde
De las horas, sereno limo de la duda.
Importa.

Una mosca ronda la desnudez impune del reflejo.


Crece

La duda, como opaco vaho, en la entraña
Incorruptible del reflejo;
Crece el silencio en la apoteosis
Reclusa del espejo. Un párpado
Yace, insomne, bajo el impetuoso limo, que retorna
De la certidumbre anonadada.

Reflejo dispar, en vaho
Intruso convertido. Ser no importa.
Importa, sí, el empolvado párpado que encarnas,
Tu trama virtual, arteramente sólida,
La perenne fatiga del espejo. ¿Crece o decrece
La sutura que delega, indetenible, el tiempo
En las aguas circulares del espejo?

La mosca, impoluta, se posa, anhelante, en el espejo.

II

De un temor emerges, y de una duda,
Reflejo, cual llama fehaciente,

De una consunción resuelta
En vistosa ceniza, trepidante,

Reflejo pertinaz, ambivalente;
Son los rostros, los gestos y la sangre

Inaudita que te pueblan, infructuosos,
Las cifras de tu agonía y desenfreno,

Reflejo, las suturas sin edad y sin cauterio
Con saña infligidas al espejo,

Tu mentor ardoroso y cruel verdugo.
Son los nombres que recreas y devastas

En la mentira afiebrada de tu vaho, reflejo,
La exacta certeza de tu delirio sin memoria.

III

Salve, reflejo, tu materia de años abismados
Y renuente sangre penitente,

Tus voces escindidas por el celo aleve,
Incisivo del espejo,

Tu elocuencia redentora
Que emerge del lecho astroso de los sueños;

Salve

Tu oscuro caudal de vida reincidente,
Tu racimo de gemidos augurales,
Tus temblores gestantes,
Tu zarpa de mar enmudecido,


Tu nada filosa, tu claustral presencia
Tu vocación de llama, o cieno, o espuma
Consagrada por siempre en el poniente.

IV

"La vida es este crepúsculo invertido,
Esta dentada flama,

Esta tibia presunción
En el bisel

Suicida”.


V

Esta vidriada tumescencia
En su inútil sangre, presa;

Este u otro aletazo de un agonizante
Signo, en el reflejo a fuego impreso;

Esta filuda, espectral fisonomía
Que un destello urde entre las sombras;

Esta helada providencia, alta, ruinosa,
Que el espejo proclama desde su mentira honda.

VI

“Este destello
Inopinado,
Ardiente,

¿Será la faz
Airada del reflejo

Que hace del aire
Su perenne
Trama agreste?”.


VII

En tu impávida llanura que de cieno languidece,
En su ficción convexa y calcinada,
Espejo,
Voces en duermevela, aullidos imperiosos,
Columnas de sangre y sarro
Habitan;
Vocablos absurdos, garfios de aire, gemidos que una mosca,
Ansiosa, deshace, o devora,
Sombras atrapadas en una noche de aguas infinitas,
Sílabas de hielo
Humeantes como yescas,
Fugaz reminiscencia de un lenguaje en ruinas, obsoleto,

Espejo,

Sólo escombros de un idioma purulento
Y sobre ellos tu enérgico resplandor
Que sangra su irrealidad en el reflejo.


Jimmy Marroquín Lazo (Arequipa, 1970) es abogado e hizo estudios de Literatura en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa y en la Maestría de Literatura Peruana y Latinoamericana de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, de la que es actual maestrista. Ha publicado los libros Dinámica del fuego y Teoría angélica, así como poemas y artículos en periódicos y revistas del medio. Tiene en próxima publicación los libros Antropología de la espuma y Políptico de la lluvia.El año 2002 se hizo acreedor al Premio Copé de Plata de la Décima Bienal de Poesía convocada por Petróleos del Perú, con el libro Teoría angélica.

César Ávalos

PALABRAS


Contra la pared
A solas
Solitariamente
Nicho frontal
Explotado
A trazos
En trozos
Atrapada
Arrojada y devuelta a tu forma infinita y repetitiva
Cuerpo: cabeza-tronco-extremidades
Desnuda entre los nudos cardinales
Extendida a más no poder
Y la gente que no es más
Fluye entre mar y otra arena
Aquí
Allá
Más allá
Tapándote los ojos
Secretamente
Para olvidar como duele
Agitadamente
Angustiadamente
Hoy el cuerpo
Mañana el hueso
Y nada como el laberinto reseco de tu cementerio.

César Ávalos (Lima 1969) Ha publicado SOLAR (2003) CIUDAD MORRISSEY (2004)
NINGÚN LUGAR ADENTRO (2007) Ejerce la docencia y la
promoción cultural.

Cecilia Podestà



carta para la bailarina muerta

c, eres otro de los muertos de los que he escrito sin derecho. no he llegado a entender cómo tu muerte hizo algo tan extraño dentro de mí o por qué aun ahora que escribo, regresa de cierta manera y se convierte en esta carta inútil. en algún momento y después de que todos supimos lo que te pasó, te hiciste una parte de todo lo que me ocurría. y escribí algo sobre mí que era tuyo, tan tuyo, o más y fue el comienzo de una danza absurda de movimientos torpes bajo la música que hacía mi cabeza contra los muros:
"ella bailaba bajo la nieve/ durmiendo y con las piernas quietas/ inventando la locura sagrada/ de otra muchacha y su amante en beso/ que se convidaban en el aliento helado /un poco de su muerte y consuelo".
eras tú bajo la nieve, quieta, o desnuda y hallada por fin y sobre una lámina fría, tendida y tan inmóvil, tan sola.
tu muerte había traído el beso y con él vendría la enfermedad como una enredadera alrededor de mi cuello.
te imaginaba intentando llegar al escenario para tu danza perfecta mientras cerrabas los ojos y tu cuerpo dejaba de moverse poco a poco para quedar más que quieto. ya habías perdido todo. te imagine así una y otra vez. volvías a mí como la imagen de un fardo helado y terminaba yo hecha también un fardo de llantos sobre la cama. nunca dejó de ser extraño tanto llanto quizá porque no cruzamos una sola palabra… de repente una mirada o dos en algunas de las clases que compartíamos, pero no más, de haberlo hecho estoy segura de que nos hubiéramos caído muy mal. te veía caminar por la facultad siempre sola, como si tú fueras un mundo ajeno a este sin necesitar nada y quizá pensaba que nos parecíamos un poco.
también se leía en tus ojos que morirías sola.
una noche supimos lo que te pasó. sentí que mi corazón latía como una piedra helada y pesaba tanto dentro de mi cuerpo y de tal manera que terminaré arrastrándome sobre el suelo sintiendo sólo rabia y pena. sólo podía hablar de ti y de cómo tu muerte me iba invadiendo como una enfermedad certera. y de una manera desesperada, la danza torpe comenzaba en mi voz porque le decía todo esto al hombre que pondría sus manos sobre mi cuello con ternura para formar con las mías, una enredadera seca y espinosa. le hablaba de ti con miedo, con tanta rabia convertida en un llanto tembloroso. le decía: viste las noticias? ella era amiga de mis amigos, no la conocía o la conocía poco. le decía también que todos hubiéramos querido para ti una muerte distinta. de haber sido así, no me hubiera arrastrado la rabia y la pena a la mesa fría en la que imaginaba tu cuerpo, cuando lo encontraron, semanas después de tu desaparición.
cuando todo estaba oscuro veía como te dejaban en ese bosque para que la nieve te cubra, te abrace, y esconda tu cuerpo: salvajemente golpeado y violado, tan humillado… tan humillado maldita sea. y ese bosque, c, era mi cama; la nieve la colcha y la muerte: la que tocaba mi cara con mis propias palmas. puedo imaginar una muerte peor, quizá más salvaje, pero no más triste y sobre un escenario tan frío y lejos de todas partes. pienso en moscú y el viento que recorre ese mismo bosque me acaricia la cara como a una muerta más.
todos leyeron la triste historia de la bailarina que fue violada y asesinada en rusia. no sabes cuantos titulares ocupaste, ni cuanta mierda se dijo. mi abuela quiso consolarme mientras veíamos las noticias de la noche, pero salí a buscarlo a él.
todos lloramos por ti. todos fuimos desgraciados contigo. incluso ella rezó con el miedo que sienten todas las madres cuando muere el hijo de otro.
y yo, que no era nada tuyo, lloraba por cada cosa de la que te hablo cuando él me besó. lloraba ya sin poder rezar como mi abuela, sin poder hablar. entonces él rodeó la herida: esa boca que se abría para intentar decir tu nombre y negar la violencia de tu muerte sobre mí. había esperado mucho por él. sin embargo, todo podría parecer tan falso. esta carta podría incluso ser más falsa aún porque nunca hubiera imaginado que podría llorar de esa manera por una muchacha a la que apenas conocía. después cada cosa se convirtió en esa noche: y él en una maldición cada vez que me tocaba la boca, lo recordaba y se volvía un gran pálpito. se inició así mi danza absurda alrededor de la tuya, una danza mortuoria que me besaba y me arrancaba el labio como si arrancara el amor con hambre… el inútil amor.

de pronto tú y el miedo eran la misma masa bajo la nieve. 

el miedo y él fueron la misma masa sobre mí.

cayó la misma nieve sobre mi cuerpo y fui tras la danza lisiada, tras el inútil amor y las espinas secas rodeando mis piernas, hasta que descubrí al hombre en su sueño y vi salir un bello animal de la misma boca con la que me besaba. y es estaba tan muerto como tú y hacía mucho. no lo vi porque yo seguí rodeando la herida e inventando un amor para los dos. 


ahora tu nombre en mi boca desaparece como al final de una oración repetida tantas veces que se hace vana. ha pasado mucho tiempo, debe ser eso. seguirás en tu danza delicada, cada vez que yo lea esto, como cuando abro una caja de música y veo a la esbelta bailarina de plástico, con los brazos elevados y las manos juntas, reinventando mi locura. y tan muerta, tan inmóvil ella estira los brazos de plástico como tú. ella estira los brazos como yo en mis peores pesadillas, y parece tan dulce, tan fría y recibe nuevamente esa noche como recibe la música que sale de la caja sobre la que baila. conoce cada detalle y sabe que la historia alrededor suyo ya no es sagrada y que si danzó cerca de algún precipicio, cayó sin darse cuenta, envuelta en su música, para volver a la misma caja y estirar los brazos, tan esbelta o tan equivocada, cada vez más lejos y menos sagrada. y sabes por qué lo era, c? sabes por qué creía que todo aquello era tan importante? porque no debía ocurrir, porque el sólo acto era equivocado. el error lo hizo sagrado.

tus ojos, hija, no deben resbalar de esa manera, escuchaba mientras iba cayendo cada vez más, tan de plástico y envuelta en la música como en una llamarada que hacía arder mis cabellos. recuerdo, c, que me aterraba tocarlo y no querer dejarlo nunca. me aterraba tocarte, tocar tu cuerpo helado en mi más sádica alucinación teniendo la palma de mi mano en mi propia carne y sentir la muerte arrancando con calma mi piel y que me siguieras siempre para matarme con mis propias manos. me aterraba tocarte en mi carne como a una mujer maldecida, o tocarlo a él en mi piel maldecida únicamente por tu boca quieta que era la mía y que te inventaba para caer también sobre la nieve y ser la misma danza muerta y extendida. ahora se cierra la caja. mira como bajo las manos y deshago el movimiento. dejo tu danza y me dejo ir como quien ya tomó demasiado de lo que no era suyo. descansa de mí y de mi maldita costumbre de hacer de todo un poema o una prosa ilusa. te veré sobre un escenario en alguna mujer que se te parezca demasiado y sé que te quedarás ahí sin saber que alguna vez te escribí una carta como esta, para enterrarte como se hace con todos los muertos cuyos cuerpos esperan la ceremonia. no vas a venir a susurrarme al oído tu muerte nuevamente, no va a venir más tu desgracia, ni tu danza sobre mi cuerpo o sobre mi carne que era en las manos de él, sólo una fábula más porque el amor se inventaba y reinventaba en mi cabeza intentando historias tan inverosímiles como el hombre del que te hablo. mi carne consumada lo descubrió lentamente como una fábula vana y vulgar que se sirvió de tu música y de mi extraño hábito de convertir en mitos a las historias y hombres equivocados. guarda ahora tu danza fría, c, tu muerte y tu bosque helado. yo no escribiré nunca otra sola oración o palabra que te nombre, porque como ya te dije, me alejo como quien ya tomo demasiado de lo que no era suyo. 

Poemas / Gustavo Armijos



TRAICION

Los cuernos humillan a los infieles
insultando a maridos alejados de los grupos
Malolientes y con cabellos alisados
huérfanos de paciencia
empujados al extravío
lamentando rebeldía de insomnio
con un batallón de lamentos.
La noche avanza y con traicioneros y débiles
guiños seduce a los cómplices
Despiadado contra la ignorancia
tomas conciencia del pasado de Tallanes
donde no habían edificios suntuosos y llenos de opulencia.

Todo metal precioso es vano para contrastar a los amantes
que no pueden suavizar el fuego de la amargura
Nunca ni al enemigo se puede despedazar y
ser víctima de los más bajos instintos
Oh tiempo del repudio expandido después de la muerte
como nudos de látigos fogosos en el combate de la vida.
Que no existe caballero.

EXPERIENCIAS DESERTICAS EN LA EXPLANADA

Un vino puro invade mi boca donde queda luego una agua
clara mezclada de fuegos y luces que vienen desde el hall.
Mi copa circuló luego engendrando un desasosiego
de adolescentes a los vestigios de los comensales.
Es una purísima leche de viña que humedece mis labios
agobiado por interdicciones denigradas por enemigos.
Necesito estar colmado de amor y verter lágrimas de alegría
lejos de cualquier frivolidad porque lo más extraño
sería mi salud resquebrajada de furtivos placeres.
No puedo beber en secreto lo hago delante de todos
con una lucidez deslumbrante en mi ebriedad.

Marchemos contra los que golpean mi puerta sin más tardanza
al borde del precipicio.
Todas las riquezas de este mundo no permitirían
el vino delicioso escanciado en viejos toneles.
Viejos tiempos de verdes praderas en Sullana
tierra de mis ancestros apacentando ovejas y corderos.
Brindemos con mancebos bebedores
navegando en troncos de caña y de cabulla.

EL GRAN BANQUETE FINAL

Se levantan los efluvios por doquier
y el viento lleva aromas hacia los acantilados
en el Paseo de los Héroes Navales del infinito.

Desdichado y a pie puedo llegar hasta la tumba
de mis hermanos que me han ganado la partida.
Existe tenue pared de arena y las rosas, girasoles
y gardenias suben hasta el corazón de las criaturas
cuyos ojos enrojecidos por el llanto
ocultan sus rasgos desgarrados de impotencia-

Es la muerte en el Parque del Recuerdo.
Infamia y ternura se mezclan como constelación
de aldeanos que observan un cielo límpido.
El grass es un espejo donde podemos mirarnos
en la morada eterna del tormento o del descanso.

Mi resistencia te surte de gritos lúgubres
con actitud amenazante contra el infortunio.
Muerte definición exacta de cuervos en su jornada
premunidos del azar presuroso y emponzoñado.
Se funden las cadenas de la vida los pensamientos
engrillados suben hasta la pequeña capilla.
Javier (1954), Sergio (1955) juntos esperando la convocatoria
en el camposanto donde existen esperanzas
observamos los abuelos juntos para el gran banquete.
Que viva la eternidad furtiva del descanso
después de la agradable muerte,
en ofrenda de la vida eterna.

Estoy abandonado en medio de la vida pasajera
en los predios de la mangachería irremplazable
donde pido un remedio para mi dolor.
Mi tristeza convoca un suspiro desgarrado
y digo que mi eco es un llamado a las pálidas esperanzas
enfermo no oculto mi mal a compañeros de infortunio,

En las noches me siento a la puerta de mi casa
donde espero piedad para mi alma.
Y oculto mi infortunio a los bienhechores
y al médico que me infringe mayores aflicciones.
Trata de curarme para derrotar a la cruel enfermedad.
Desnudando las inquietudes de la soledad de los
elevados de concreto armado por donde desfilan los
autos a grandes velocidades donde vuelan hojas
de mi pérdida historia clínica desaparecida como
pez en el gran océano de la implacable soledad.

Nunca obtuve ganancia alguna por hecho ilícito
de bienhechores hombres opulantes pero llenos de avaricia.
Insisten en sus elogios los farsantes con sus ojos zarcos
ante los bastonazos de la justicia y franqueza.

Sino diré que los hombres de otras tierras me ofrecen halago
muchas veces negado en mis dominios
ahora que marcharé para siempre al infinito.